Investigadores del Centro de Estudios Sociológicos sobre la Vida Cotidiana y el Trabajo de la Universidad Autónoma de Barcelona, en colaboración con la Obra Social de La Caixa, presentaron hoy el estudio Crisis, empleo e Inmigración en España. Un análisis de las trayectorias laborales, en el que analizan qué ha ocurrido durante el periodo de mayor destrucción de empleo (2007-2011) con los trabajadores inmigrantes.
El informe corrobora que la lenta convergencia que se había producido entre los trabajadores autóctonos y los inmigrantes antes de la crisis se ha visto frenada por la manera en la que ha afectado el desempleo a la población procedente de otros países y el empeoramiento que han sufrido en su empleo quienes consiguieron mantener su trabajo.
Así, el estudio pone de manifiesto que el retroceso en términos de remuneración ha sido mayor en los colectivos con salarios más bajos, donde eran mayoría los inmigrantes durante el periodo analizado (2007-2011). No obstante, el informe destaca que los efectos de la crisis no han sido iguales para todos los inmigrantes. Los hombres de origen marroquí y rumano han sido los más vulnerables. Además, se han corroborado diferencias significativas por género.
El aumento del paro y el empeoramiento de las condiciones laborales han afectado de manera dispar a hombres y mujeres. Estas últimas han sufrido menos el desempleo, gracias a su mayor presencia en el sector servicios.
Entre los inmigrantes, el colectivo con mayor porcentaje de trabajadores que ostenta las mejores ocupaciones es el de los peruanos, con un 35,7%, seguido por los argentinos, con el 34%. En el extremo opuesto se sitúan Marruecos, con solo un 20,1% de su población trabajadora en España en el sector de buenos empleos y con posibilidades de mejora, y Rumanía.
Los ecuatorianos son los que más han retornado a su país, mientras una mayoría ha preferido un empeoramiento de sus condiciones laborales, aunque manteniendo su vinculación con la Seguridad Social; lo que también explica ese mayor deterioro laboral.
El informe corrobora que la lenta convergencia que se había producido entre los trabajadores autóctonos y los inmigrantes antes de la crisis se ha visto frenada por la manera en la que ha afectado el desempleo a la población procedente de otros países y el empeoramiento que han sufrido en su empleo quienes consiguieron mantener su trabajo.
Así, el estudio pone de manifiesto que el retroceso en términos de remuneración ha sido mayor en los colectivos con salarios más bajos, donde eran mayoría los inmigrantes durante el periodo analizado (2007-2011). No obstante, el informe destaca que los efectos de la crisis no han sido iguales para todos los inmigrantes. Los hombres de origen marroquí y rumano han sido los más vulnerables. Además, se han corroborado diferencias significativas por género.
El aumento del paro y el empeoramiento de las condiciones laborales han afectado de manera dispar a hombres y mujeres. Estas últimas han sufrido menos el desempleo, gracias a su mayor presencia en el sector servicios.
Entre los inmigrantes, el colectivo con mayor porcentaje de trabajadores que ostenta las mejores ocupaciones es el de los peruanos, con un 35,7%, seguido por los argentinos, con el 34%. En el extremo opuesto se sitúan Marruecos, con solo un 20,1% de su población trabajadora en España en el sector de buenos empleos y con posibilidades de mejora, y Rumanía.
Los ecuatorianos son los que más han retornado a su país, mientras una mayoría ha preferido un empeoramiento de sus condiciones laborales, aunque manteniendo su vinculación con la Seguridad Social; lo que también explica ese mayor deterioro laboral.

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